
La novela de Guzel Yájina narra el destino de Zuleijá, una campesina tártara que fue deportada a Siberia durante el período de deskulakización en la década de 1930. El libro relata las dificultades de la vida en el exilio, la fuerza del espíritu humano y la capacidad de sobrevivir en las circunstancias más duras. La obra, ilustrada por Anna Zaitseva, fue el debut literario de la autora y recibió un amplio reconocimiento por parte de críticos y lectores.