
«La Revolución Permanente» examina la teoría del proceso revolucionario constante, en el cual la revolución proletaria se mantiene y se profundiza, en lugar de terminar después del éxito inicial. Trotski afirma que, sin una actividad revolucionaria continua y sin expandirse más allá de las fronteras nacionales, es imposible alcanzar y mantener una sociedad socialista. El libro analiza la dinámica de las revoluciones y la importancia de la solidaridad internacional de la clase obrera.