
El libro narra aspectos poco conocidos de la historia de la emigración rusa en América del Sur. El autor investiga el destino de los oficiales y soldados rusos que, después de la Guerra Civil, terminaron en Paraguay y participaron en los conflictos militares de ese país, en particular en la Guerra del Chaco de 1932–1935. La narración se basa en documentos históricos y testimonios de testigos presenciales, lo que lo convierte en una valiosa fuente de información sobre una página poco explorada de la diáspora militar rusa.